Un día más por la mañana nuestros protagonistas amanecen en Corporales. Después de la gran excursión de ayer con los más mayores y la divertida visita a los alrededores de Corporales con los más pequeños hoy se avecinaba lo que se suponía que iba a ser un día mucho más tranquilo. Sin embargo, el Reino de la Fantasía tenía una sorpresa más guardada para nuestros jóvenes aventureros… ¡El campamento estaba infestado de ratas! Parecía que hoy habíamos amanecido en el pequeño pueblo de Hamelin.
A pesar del alboroto, la mañana comenzó con relativa normalidad yendo a la oración de la mañana y el desayuno.
Después de esto, parece ser que las ratas les dieron un pequeño descanso y desaparecieron del campamento, dejándoles continuar la mañana con tranquilidad y poder ir a catequesis, deportes y luego a la piscina.
La catequesis de hoy era un tema muy importante en la vida de todo el mundo Fortaleza esfuerzo y constancia tres virtudes clave en la vida de cualquier persona. Los más peques pudieron entenderlas a través de sus sueños, compartieron cuáles eran sus metas en la vida y vieron qué les hacía falta para poder alcanzarlas viendo cómo estas tres grandes virtudes son fundamentales en el proceso. Por su parte, los más mayores han empleado un desierto, es decir, se han separado y de forma individual y en lugares tranquilos han reflexionado acerca de todos sus sueños y objetivos guiados por textos y preguntas para terminar compartiendo aquello que les parecía más importante.
A mediodía tras la comida y un merecido descanso. Muy inspirados por todos los trucos de cartas que hizo el mago el otro día los niños tenían ganas de decorar sus propias cartas. Por suerte, gracias a nuestros monitores María, Laura y Borja los niños tienen un taller en el cual pueden hacer exactamente esto. Con pinturas y mucho cuidado son capaces de decorar a su gusto una cara de la carta para luego llevársela de recuerdo.
Pero la tranquilidad estaba durando demasiado… ¡tras la merienda las ratas volvieron! Y en el juego de por la tarde el campamento se vio dividido en dos grandes bandos. Unos, movidos por la compasión, decidieron apoyar a las ratas y los otros a los pueblerinos, formándose una gran batalla campal en la que cada bando luchaba por robarle los recursos a la otra parte. Finalmente, la batalla terminó con la victoria de las ratas.
Pero esta odisea no terminaba aquí. Después de la cena los grandes protagonistas de esta historia se encontraron con otra gran aventura. Todos los niños del pequeño pueblo de Hamelín habían desaparecido. El alcalde les contó todo lo que había pasado. Los días anteriores una gran plaga de ratas había azotado la ciudad llevando al pueblo a la locura. Entonces, en mitad de la desesperación apareció el flautista de Hamelín, un antiguo hechicero del pueblo al cual expulsaron por el mal uso de su don. Este prometió expulsar a las ratas del pueblo a cambio de un importante pago el cual le fue negado. Y esa misma noche, desaparecieron todos los niños. Algunos acusan al flautista, otros al alcalde, otros a los consejeros del alcalde, otros a las propias ratas… ¡El futuro de los niños estaba ahora en manos de nuestros pequeños protagonistas!
Tras una ardua y extensa investigación, preguntando a todos los involucrados en la historia y reconstruyendo los acontecimientos de los días anteriores, todo se desveló, resulta que el hermano del flautista, uno de los actuales consejeros del alcalde, tras oír la amenaza del flautista de llevarse a los niños, decidió adelantarse y llevarse él a los niños para ponerlos a salvo y así evitar que les pasase nada.
Finalmente, tras la puesta de sol bajo las montañas de Corporales y una intensa velada, que por suerte terminó con un final feliz, nuestros protagonistas se fueron a dormir tras la oración de por la noche expectantes de qué aventuras les eperará mañana por la mañana.


















