¡Hola a todos!
Después de un par de noches moviditas, hoy nos levantamos antes de lo deseado, pero con ganas de afrontar el día, todo ha amanecido cubierto de huevos de colores, colocados por traviesos conejitos.
En la oración de la mañana hemos hablado del banco. La casa de Dios no es solo agradable por ser de Dios, pero este reino se forma por todos, y a pesar de que nosotros seamos imperfectos, eso es lo que lo hace agradable.
Otra mañana más nos hemos puesto con las responsabilidades. Ya pesan los días en el orden de las habitaciones, pero eso no nos hace descentrarnos en la tarea de recoger.
La catequesis de hoy ha tratado sobre el Dios cercano de hoy. Hemos hablado sobre cómo Jesús nos habla a través de actos y de palabras, como son los milagros y las parábolas.
Aunque algún equipo está claramente posicionado por encima del resto, hoy ha habido alguna que otra sorpresa en los deportes, lo que mantiene a los niños motivados y entregados a los juegos.
Después de comer, hemos inaugurado nuestro querido buzón, en el que los niños aprovechan para escribir cosas que quieren que leamos en alto de su parte o para dar en privado a alguno de sus amigos.
Hoy os presentamos el taller de ciencia, en el que se divierten y fascinan haciendo experimentos caseros, como hacer flotar granos de maíz. También os presento el taller de vídeo cutre, es uno de los talleres favoritos de los niños porque les da mucha libertad creativa y la oportunidad de disfrazarse.
Según cuenta la leyenda dentro del sepulcro donde estaba Jesucristo tras ser crucificado había un conejo que observaba atentamente a toda la gente que entraba a orar y a despedirse del Hijo de Dios. al poner la piedra para cerrar el sepulcro este conejo quedó dentro. Al tercer día el conejo observó como Jesús resucitó se levantó y dobló las sábanas con las que le habían tapado. De la misma manera observó como un ángel quitó la piedra con la que habían cerrado la entrada al sepulcro y Jesús salió de él. El conejo quiso avisar a todos del milagro que había ocurrido y para hacerlo decidió pintar y decorar huevos que simbolizaran la alegría y el mensaje de vida que quería transmitir. Para estar a la altura de la fiesta, los equipos se han enfrentado entre ellos para conseguir los mejores materiales y ser los decoradores del huevo más original.
Por la noche nos hemos ido a una tradicional búsqueda de huevos de pascua, es un terreno infestado de peculiares conejos de pascua, con un objetivo claro, encontrar uno de los tres huevos ganadores. Aunque no tenemos claro que haya sido una búsqueda justa, los niños lo han pasado en grande y han disfrutado mucho.
Un día más nos despedimos de la mano de la Virgen y cantando la Salve.
¡Feliz Pascua de resurrección!