Buenas noches a todos. Una vez asentados en Madrid, nos disponemos a contaros nuestro último día.

Después de una noche de despedidas, nos levantamos un poco tristes, pero sin tiempo para pensarlo.

Ayer la oración de la mañana fue exprés en el comedor, teníamos muchas tareas pendientes, así que al terminar de desayunar nos pusimos manos a la obra. Esta vez las responsabilidades las hicimos con especial cuidado, pues nos disponíamos a dejar todo preparado para el siguiente grupo. Mientras unos limpiábamos baños, las zonas comunes y el comedor, otros cerraban maletas y guardaban los sacos.

La llegada anticipada de los autobuses nos permitió cargarlos tranquilamente y salir en hora. El viaje fue muy tranquilo, se notaba el cansancio, en la primera mitad de trayecto caímos casi todos, no había ni un solo ruido en el autobús, fue increíble.

En la parada tuvieron la oportunidad de comprarse cosas en la tienda, todos salieron cargados de galletas y patatas, estaban felices de poder tomar sus favoritos.

La segunda mitad del viaje fue más animada, terminando conversaciones pendientes y apuntándose teléfonos de los amigos que habían hecho estos días.

Y por fin llegamos a Madrid, todos estaban muy ilusionados con el reencuentro. Con los últimos abrazos y deseos de feliz verano pusimos fin a este campamento.

Un año más, apenados por el final, os damos las gracias por enviar a vuestros hijos al campa y por confiar siempre en nosotros. Es una suerte tener la oportunidad de conocerles y aprender de ellos y poder darles a conocer lo más importante, el amor que el Señor les tiene.

Desde el equipo de monitores nos despedimos hasta septiembre, ya os avisaremos para juntarnos todos a ver las fotos de estos días.

Y a nosotros desde el blog, nos gustaría agradeceros el cariño que recibimos y el seguimiento diario de todos vostros.

¡Un abrazo grande y feliz verano familia!